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EL IMPERIO ROMANO

                                 LA CRISIS DEL SIGLO III

Después de la muerte de Cómodo, el ultimo de los Antoninos, se inicia la decadencia del Imperio romano, periodo que comprende el siglo III, llamado de "anarquía militar", por las continuas luchas entre los generales ambiciosos del poder.
  Los pretorianos elegían a los emperadores en subasta pública, y otorgaban la corona al que se mostraba más dadivoso; por esta causa, en menos de una centuria se sucedieron veinticinco gobernantes y más de la mitad parecieron en manos de la misma soldadesca turbulenta que los había nombrado. 
  Desaparecido Cómodo, los pretorianos designaron emperador a un anciano oficial llamado Pertinax, quien trató de gobernar de acuerdo con el Senado. Se propuso restablecer la disciplina y mejorar la administración, pero fue asesinado por la pretorianos a los ochenta y siete días de mandato.
  Ofrecida la dignidad imperial al mejor postor, fue elegido emperador Didio Juliano, pero su autoridad fue resistida por las legiones provinciales, quienes, por su parte, proclamaron a sus respectivos generales; las tropas de Bretaña a Albino, las de Siria y Níger y las del Danubio al africano Septimio Severo. Todos marcharon con sus fuerzas sobre Roma, pero el último se anticipó a sus rivales, penetró en esa ciudad y fue reconocido emperador por el Senado.
  Septimio Severo derrotó a sus enemigos y gobernó el Imperio entre los años !93 y 211. Reorganizó y disciplino el ejército, restando facultades al Senado y reglamentó la justicia. Muy trabajador y activo, pareció en una lucha contra los escoceses (Bretaña).
   Le sucedió su hijo Antonino Basiano, más conocido por Caracalla, pues siempre vestía una túnica con ese nombre. Gobernó como un tirano y cometió una serie de atrocidades, entre ellas la muerte de su hermano menor y también de numerosos senadores y magistrados.
  Con el objeto de aumentar el tesoro del Estado, promulgó la famosa "Constitución Antoniana", que concedía la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio (año 212), los cuales debían abonar los impuestos correspondientes.
  Ordenó diversas construcciones, entre ellas las grandiosas Termnas o baños públicos.
  Caracalla emprendió diversas guerras contra los germanos y partos, sin mayor éxito. Finalmente pereció asesinado.
  Le sucedió en el trono un joven llamado Heliogàbalo (218-222), príncipe demente, que sólo se sirvió del poder para divertirse.
  A Heliogàbalo lo siguió Alejandro Severo (222-235) que fue un gobernante justo, virtuoso y sabio. Emprendió diversas luchas y se vio obligado a firmar un tratado de paz con los germanos. Sus soldados descontentos, lo asesinaron.

 La anarquía militar  

Muerto Alejandro Severo, se inicia por espacio de cuarenta años un período de luchas y confunsión, que se conoce históricamente con el nombre de "anarquía militar".
  Cada cuerpo del ejército se creyó facultado para designar emperador a su general, mientras el Senado trataba de imponer su propio candidato. La ambición por el mando llegó a los mayores excesos, pues en determinadas épocas se dio el caso de existir diecinueve emperadores que guerreaban entre sí para obtener el triunfo final.
 Este despotismo militar, produjo lamentables consecuencias en la organización política y económica del Imperio.
  En el orden interno se perjudicaron la industria y el comercio. En el exterior, las luchas intestinas debilitaron las defensas ubicadas en las zonas fronterizas y permitieron sucesivos ataques de pueblos bárbaros, especialmente germanos.

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